serio2 escribió:
Bien. Entonces te (os) invito a poner en práctica tu teoría participando
en este hilo (perdón por el "spam"), un test a ciegas donde se han grabado precisamente dos bajos con diapasones muy diferentes (arce y ébano). Si las diferencias son tan acusadas como decís, identificar uno u otro debería ser un asunto trivial, ¿no?
Pd: por cierto, agradezco el tono de tu mensaje, que me parece además muy equilibrado y sensato (con independencia de que pueda estar más o menos de acuerdo en lo que dices).
Nada que agradecer, es lo mínimo. Respeto y argumentación aún desde la discrepancia. Para eso están estos foros, digo yo.
Ese ejemplo, como ya han comentado, tampoco me parece válido porque no comparamos el mismo bajo con la alteración del diapasón, de hecho, le eché un vistazo el otro día y sí me pareció advertir alguna diferencia y no debido a las maderas, sino al tipo de construcción.
A mi llamadme raro, pero me cuesta más diferenciar entre arce y ébano, que entre cualquiera de estas dos frente al palorrosa. Supongo que porque son maderas duras que acentúan el brillo y el ataque, aunque más el arce que el ébano, que es más equilibradete. El palorrosa por el contrario amortigua más el brillo y lo cambia por medios cálidos al ser más poroso.
Prometo mirar el hilo de talkbass en cuanto pueda enchufar los altavoces sin molestar (no son horas).
Labag escribió:Todos estos matices los notamos sólo nosotros, normalmente tocando solos, y diría que un 70% de las veces es efecto placebo Mr. Green
La gente para la que tocamos (público) no notan nada, por lo tanto he llegado a la conclusión de que es más importante la comodidad y fiabilidad de un bajo antes que el "sonido" puesto entre comillas ya que tiene que ser un sonido usable y decente , lo que no quita que busquemos esos matices por satisfacción personal
Totalmente, la satisfacción personal es la que nos guía en la búsqueda de estos "sonidos". Que al final a nivel de funcionalidad no tendrán una gran relevancia salvo para nosotros mismos.
Por supuesto, y repitiéndome, lo notamos nosotros, pero añado que en muchos casos también en situación de banda los notamos, y es el color que da al conjunto musical para lo que yo los busco ante todo.
Yo, vuelvo a remitir mi argumentación al ejemplo que puse antes, el del StingRay. Desde que tuve mi primer StingRay estaba obcecado en que todos los que tuviese deberían montar diapasones de arce, porque era los que les tenía vistos a los bajistas que me llamaban la atención de niño cuando escuchaba discos de funk de mi hermano (Bernard Edwards, Louis Johnson, etc.). A medida que pasaba el tiempo y tuve más StingRay de similares características (y me hacía más a su sonido) notaba que nunca les sacaba los sonidos rugosos de Tony Levin o de Flea en los directos (también tuve mi etapa RHCP).
Siempre desdeñaba los Stingray con diapasón de palorrosa porque bajos que tuve anteriormente con esta madera no acabaron de hacerme. hasta que llegó un concierto en que compartí escenario con otro grupo cuyo bajista tenía un MusicMan con un diapasón de esta madera. Les vi tocar y ahí estaba ese sonido, lo asocié con algún efecto, le pregunté para informarme y me dijo que estaba a pelo. Nos vimos en otro momento y me ofreció que lo probase, eq plana, sin efectos, etc. y volví a escuchar ese sonido que buscaba. Tras probar y comparar en más ocasiones acabé viendo que era obvio que era el palorrosa lo que le daba ese punto. Después de algunos años en que no he tenido ningún Musicman por aquello de la constante experimentación con otros instrumentos, ahora vuelvo a tener uno, y sí, con diapasón de palorrosa y con ese sonido.
Mi argumentación viene de ahí, de probar, y de poder comparar no con bajos al azar o con bajos a los que no esté hecho, sino a un modelo de bajo al que he estado ligado durante mucho tiempo, que puedo decir que conozco muy bien y en el que para mi queda certificada que la diferencia que marca la madera de un diapasón no es especulativa, sino incuestionable.
Naturalmente, aunque probemos bajos con el mismo tipo de diapasón, no todos vienen del mismo arbol, ni de la misma parte de él, ni nada, con lo cual incluso entre ellos puede haber grandísimas diferencias. O comparar maderas diferentes y notar las diferencias de forma muy notoria o de forma muy sutil y casi inapreciable.
Al final me quedo con la idea de Labag que creo que es la más concluyente de todo esto:
esos matices no determinan la utilidad del instrumento que cumple su función, sino nuestra propia satisfacción.