No conozco ese SR600, pero sí un SR1000E que tuve. Fue mi bajo principal para la banda de funk metal que tuve en los 90. Y siempre tuve una relación amor/odio con él. Te comento mis impresiones, que coinciden con las de los compañeros:
- La construcción era IMPECABLE. Con esto, estoy diciendo que podía conseguirse una acción ridículamente baja, sin puntos muertos, y con una uniformidad de notas a lo largo del mástil muy buena. O sea, nada que ver con la mayoría de Fender MIA, MIJ y MIM que he probado, los cuales en muchos de ellos era prácticamente imposible conseguir una acción tirando a baja ni por asomo, y ni mucho menos la de esos Ibanez.
- El poco peso de ese bajo era otro factor que siempre agradecía cuando tenía que pasar mucho tiempo con el bajo colgado. A parte, estaba muy bien balanceado, sin cabeceos indeseados.
- La ergonomía de sus formas siempre sumaba a favor de la comodidad. Desde un mástil muy esbelto y ágil (ideal para correr), la reducción del molesto talón mástil-cuerpo típica de muchos bajos, hasta el total acceso a los últimos trastes debido a la forma y posición del cutaway inferior. También tengo que decir que a veces echaba de menos que el mástil fuese un poco más grueso, y los trastes un poco más bajos, cosa que solucioné nivelándolos a mi gusto años más tarde.
- La electrónica era el punto más débil. Le cambié las pastillas DiMarzio que traía de serie por las mismas Bartolini que montaba Warwick en sus series altas. Aún así, como ese previo nunca me terminó de convencer, le hice una modificación en la electrónica para tenerlo en pasivo. Duró poco porque tampoco me convenció debido al siguiente punto.
- Las elección de maderas me gustaban para el mástil, pero no para el cuerpo. Tardé en darme cuenta, pero era precisamente eso lo que hacía que al bajo le "faltase" ese sonido que tenía en la cabeza. Sonaba muy definido en agudos (a veces demasiado). Pero siempre le achaqué una ligera falta en la zona de los medios-graves, y sobretodo en graves, que el previo parecía compensar, pero que en realidad no lo hacía. A parte, la ubicación de las pastillas estaba claramente orientada a facilitar precisamente los sonidos modernos.
Al final, pudo más el odio, y terminé vendiéndolo.
Pero si estás a gusto con él, me sumo al consenso del "no te lo vendas". Los que se hacen ahora poco tienen que ver con los de antes, salvo que te vayas a series y modelos más altos de gama. Te digo esto porque, desgraciadamente, la "marquitis" puede mucho, y conviene que tengas esto en cuenta a la hora de venderlo. Parece ser que éstos Ibanez están bastante estigmatizados (también le pasa a los Warwick más modestos de la época), de la misma manera que se tiende a sobrevalorar a Fender. En su día, el SR1000E costaba más que un Fender México. Y aún poniéndolo a precio más bajo que cualquier Fender México de los 90, tardé en venderlo dado el escaso interés que despertaba.
En tus manos queda,

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