Parte del 'truco' es que todo va por línea: es más fácil controlar el sonido que grabando con micros. El bajo iba directo a la interfaz de audio. Por otro lado en el ordenador tenía abierto un programa para reproducir la canción. La canción va ligeramente ecualizada para reducir el volumen del bajo original, para que no se haga tanta bola.
Con la interfaz ajusto el volumen del bajo, con la ganancia bien alta pero sin que llegue a saturar. También ajusto el volumen de la canción que suena en el ordenador, que llega a través del Firewire. Todo eso lo oigo a través de los auriculares, que están enchufados a la interfaz. Una vez tengo un volumen que me gusta, me preparo para grabar. Aquí uso una función de la interfaz, que permite hacer un bucle con la conexión al ordenador. Me explico: puedo enviar de vuelta lo que me llega del ordenador. Así, lo que se graba es exactamente lo que estoy oyendo.
Una vez tengo listo todo, abro el iMovie, y pulso el botón de la cámara de vídeo (el de importar desde una cámara). Aquí tengo la opción de usar la webcam integrada del ordenador.
Para que se grabe bien todo, antes hay que usar la utilidad 'Configuración Audio y MIDI' del Mac para establecer por dónde quieres que entre y salga el audio, y también para elegir los bits y el sample rate, para que coincida con la tarjeta (por lo menos usando mi interfaz, no sé como será con otras).
Una vez tengo todo eso listo, es cuestión de grabar hasta que salga una toma buena. Después, el propio iMovie me permite normalizar el sonido, para subir el nivel de la señal de audio y que se oiga sin tener que subir demasiado el volumen.
Por los auriculares se oye todo, como ya he dicho. Lo que oigo es lo que se graba.
Si tienes alguna duda más pregunta. Mientras tanto voy a practicar, que con tanta explicación me han dado ganas de grabar otra vez.
