Refloto este hilo para ampliar mis actuales experiencias con Rickenbacker.
Más arriba escribí:
En los 80 tuve un Rick. Me encantaba su pinta y su sonido. Pero no me sentía cómodo con él. También he de decir que el otro bajo que tenía a la vez que este era un Jazz Bass y estaba tan a gusto con él que era difícil que otro bajo me hiciera sentir tan cómodo.
Echo mucho de menos aquel Rick por su sonido, sobre todo, pero también por su estética. Estoy convencido de que ahora me haría más con él y me adaptaría mejor...
Y después escribí:
No descarto hacerme con otro en el futuro porque me gustaba mucho su aspecto, tacto y sonido. Pero estaba tan hecho al Jazz Bass que en aquel momento no me acostumbré. Puede que si le doy una nueva oportunidad... quién sabe

Bien, en mis comentarios decía que tuve un Rick que me gustaba tanto en su aspecto como en su sonido, pero no llegué a acostumbrarme a él. Y también decía que ahora seguramente me haría más con él que entonces.
Bueno, pues... esto se ha hecho realidad. Recientemente me he hecho con un Rickenbacker 4001 de un amigo, forero de aquí. Evidentemente la estética sigue gustándome y el sonido también. Pero es que además ahora me he encontrado cómodo con este bajo desde el primer momento. Tanto tocando sentado como (sobre todo) tocando con él de pie ha sido como tocar un bajo muy familiar, como si hubiera estado acostumbrado a él desde siempre.
Entre la dificultad de adaptarme a estos bajos al principio y adaptarme tan bien ahora han pasado muchos años (unos 30) y muchos bajos por mis manos, que quizá me han facilitado la adaptación.
Sea como sea, a día de hoy puedo decir que en la actualidad me siento muy cómodo tocando un Rick.
