Pues resulta que me encanta mi MarkBass Gloxy Val GV5, PERO tiene un fallo (para mi claro) de diseño. El bajo trae 6 potes en 2 filas. La de arriba de esas filas está DEMASIADO CERCA DE LAS CUERDAS para tocar con púa. De hecho en este vídeo podéis apreciar que para tocarlo como estaba andaba mirando todo el tiempo a mi mano derecha, además de moderar muchísimo el movimiento (para perjuicio del groove siempre). En un momento le quité los botones de la fila de arriba, se quedaron los ejes de los potes desnudos, y si bien no los movía al chocar mi mano derecha contra ellos, igual me los llevaba todo el rato con la mano, al punto que ya no era divertido.
Aquí podéis ver cómo están los potes de fábrica (izquierda) y a dónde quería llegar (luego de mucha reflexión). Básicamente se trataba de mover ambos potes de volumen fuera del camino de mi mano cuando toco con púa. Entiéndase que la fila de abajo de potenciómetros se queda donde está.
Ahora bien, no me era posible ubicar los potes en cualquier sitio. Hay 2 placas sostenidas por ambas filas de potenciómetros que lo impiden, de ahí la nueva ubicación, un tanto inusual, de los potes de volumen.
Cuestión, que ayer dediqué un par de horas de mi tarde a ponerme con ello. Desoldé los potes, les soldé cables hacia la placa superior e hice los agujeros. Además, he horadado un poco por debajo en la cavidad, para poder alejar lo más posible los potes reubicados de los aledaños. En la placa de arriba sólo queda el pote de tono pasivo + push-pull sosteniéndola (le puse un termorretráctil -sin calentar- abajo para impedir que la plaquita toque la cavidad). Sorprendentemente la cavidad se ve menos "spaghetti incident" ahora.
La distancia entre potes es menos que ideal, pero con un poco de tunning (unos botones pequeños para la fila de la EQ activa, subir un poco los botones de los volúmenes reubicados -más grandes-) queda todo razonablemente operativo.
Se toca DPM ahora con púa. El detalle "hi-tech ghetto" de "fibra de carbono" es un apaño temporal para tapar los agujeros que quedan de los volúmenes, a la espera de la pegatina perfecta para decorar el estropicio
